Color y un sonido encantador en un juego de inteligencia que te pondrá a prueba.
A finales del pasado mes de enero desembarcó en tierras japonesas “Loopop Cube: Loop * Salad DS”, un desconocido juego que ha tenido muy poca repercusión internacional. En Japón, aunque no ha sido muy bien puntuado por la prensa especializada (26 sobre 40 en Famitsu), ha llamado la atención del público por varias razones. Por un lado, se trata de la adaptación a Nintendo DS de un título que a mediados de los 90 dejó muy buenas impresiones en la primera Playstation. Por otro, cuenta con diseño de personajes del famoso Izumi Takemoto, mangaka con gran experiencia en el mundo de los videojuegos (pronto le dedicaremos un artículo).

La desarrolladora original del juego fue Datam Polystar (responsable de la mítica saga “Makeruna Makendo”), pero la responsabilidad de adaptarlo a Nintendo DS ha recaído en Dimple Entertainment. Ésta última compañía cuenta ya con gran experiencia en la portátil de doble pantalla gracias a títulos como “Kira Kira Pop Princess” (y su secuela) o “Baken DS”.Jugando
En “Loopop Cube: Loop * Salad DS” nos ponemos al control de una jovencita de rubios cabellos que va viviendo aventuras de lo más emocionantes bajo un aspecto propio de la animación tradicional. El juego, aunque por su estética pueda llevarnos a pensar que se trata de un plataformas, es un complicado título donde nuestra inteligencia se pondrá a prueba. Es vital no hacerse ideas equivocadas por el aspecto animado e infantil del producto, quien quiera terminarlo al completo tendrá que sudar durante horas para resolver todos sus puzzles.
Durante la partida nuestro objetivo es, manejando a la heroína, conseguir que todas las piezas que estén esparcidas por el decorado desaparezcan. Para ello tendremos que unir tres del mismo tipo, moviéndolas, empujándolas hacia delante o dejándolas caer si es necesario. Los primeros niveles serán pan comido, pero poco a poco observaremos cómo el juego gana en dificultad, convirtiéndose en un infierno para los menos aficionados a darle trabajo a su cerebro. Las piezas estarán cada vez peor colocadas, y ya no valdrá con dar dos saltos y empujarlas hacia un lado. Deberemos visualizar el escenario al completo, pensar bien nuestros movimientos, y una vez encontrado la solución comenzar a mover a la protagonista. No serán pocas las veces en que nos atasquemos por estropear la situación de alguna pieza, pero reiniciar el nivel será tan sencillo como elegir la opción desde el menú de pausa.Para poder llevar a cabo los movimientos necesarios la heroína podrá moverse a los lados, subir y bajar escalando y saltar distancias cortas. Estos movimientos los llevaremos a cabo con la cruceta y los botones, o haciendo uso de la pantalla táctil. Éste último método, una vez nos acostumbramos, resulta tremendamente efectivo. Sobre todo porque en algunos momentos, usando la cruceta, no seremos tan exactos con las distancias y podremos acabar de mala manera.
El juego, a medida que avanzamos escenarios, introduce nuevos elementos con los que aumentar más la dificultad y la variedad de los niveles. Aparecerán múltiples bloques de variados usos y tendremos que aprender continuamente a buscar la solución echando mano de las opciones del escenario. Como hemos dicho, resulta un juego retador, y será necesario más de un error (y de dos, y de tres...) para terminarlo exitosamente.A Nivel Técnico
“Loopop Cube: Loop * Salad DS” cuenta con un apartado visual deliciosamente colorido. Los diseños de Izumi Takemoto tienen representación en la pantalla durante todo momento. No sólo en las escenas que aparecerán entre niveles, sino también en los detalles del decorado y en el sprite de la protagonista. Esto asegura mucho color y un estilo encantador. Bien es cierto que no se aprecia ningún derroche visual, pero el juego, dado su planteamiento, no necesita mucho más. En cuanto al sonido, además de vocecillas y los efectos habituales de éste tipo de productos, encontramos una banda sonora insustituible. ¿La razón?, se compone de temas vocalizados que sonarán una y otra vez mientras estamos jugando. Animadas y pegadizas canciones en japonés interpretadas con tonos infantilistas que no tardan en quedarse en nuestra cabeza. Quizá acabemos un poco cansados de la música si jugamos durante horas, pero siempre tenemos la opción de desconectarla.
Conclusión
La recuperación de éste clásico es coherente con los intereses de un mercado tan amplio como el de Nintendo DS. No es el único juego de su género, dado que ya hay muchos productos similares, pero cuenta con una personalidad muy marcada. En nuestras fronteras, salvo que alguien lo edite, por desgracia sólo tendrá repercusión entre los habituales de la importación que se queden embelesados por su curioso estilo visual y sonoro. Pero aún así, no deja de ser un juego de inteligencia complicado como pocos.
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